No me había animado a escribir en las últimas semanas. Es que acaso no me acostumbro a que este oficio debe ser otro alimento diario que debo ingerir, sé que es un mundo maravilloso, y aún así dejo que el menor disgusto me lo impida.
Pero, cómo me voy a animar, si desde antes de finalizar el 2009 recibo noticias negativas, unas de tras de otras. Primero, sobre el accidente cerebrovascular de mi tia querida que aún la mantiene en estado de coma, y luego la triste noticia de las muertes de nuestro Luisito Martí y Sandro de América.
Ah, no puedo pasar por alto la perdida de el Terror, Luis Días. Los dominicanos iniciamos el mes de diciembre con su ida a destiempo. Al finalizar el año el agravamiento de la salud del dueño de la risa y carcajadas: Luisito Martí.
A Luisito Martí lo conocí en tiempos en que formaba parte del combo Show de Jhonny Ventura. Más adelante en sus distintos personajes de parodias, y más exactamente de Balbuena quien de cualquier modo quiere llegar a Nueva York a cumplir su sueño americano-
Y Sandro, que dominicana de mi generación no soñó con él. Era Sandro de América para las latinas, digo yo, aunque siempre mantuvo una imagen de rockero gringo al estilo de Elvis.
Sus movimientos, sus labios sensuales, su cabellera, oh Dios, cuánta belleza en un masculino, cuanto romanticismo en sus canciones. Pero también se nos fue. Un día después de la partida de Luisito se nos fue.
Y días después ocurre lo peor a nuestros vecinos, quizás sus muertos no fueron tan conocidos como Luisito y Sandro, pero en definitiva están todos en un lugar donde los que respiramos no sabemos si iremos para allá o para qué otro lado, simplemente estaremos como ellos.
Pero, cómo me voy a animar, si desde antes de finalizar el 2009 recibo noticias negativas, unas de tras de otras. Primero, sobre el accidente cerebrovascular de mi tia querida que aún la mantiene en estado de coma, y luego la triste noticia de las muertes de nuestro Luisito Martí y Sandro de América.
Ah, no puedo pasar por alto la perdida de el Terror, Luis Días. Los dominicanos iniciamos el mes de diciembre con su ida a destiempo. Al finalizar el año el agravamiento de la salud del dueño de la risa y carcajadas: Luisito Martí.
A Luisito Martí lo conocí en tiempos en que formaba parte del combo Show de Jhonny Ventura. Más adelante en sus distintos personajes de parodias, y más exactamente de Balbuena quien de cualquier modo quiere llegar a Nueva York a cumplir su sueño americano-
Y Sandro, que dominicana de mi generación no soñó con él. Era Sandro de América para las latinas, digo yo, aunque siempre mantuvo una imagen de rockero gringo al estilo de Elvis.
Sus movimientos, sus labios sensuales, su cabellera, oh Dios, cuánta belleza en un masculino, cuanto romanticismo en sus canciones. Pero también se nos fue. Un día después de la partida de Luisito se nos fue.
Y días después ocurre lo peor a nuestros vecinos, quizás sus muertos no fueron tan conocidos como Luisito y Sandro, pero en definitiva están todos en un lugar donde los que respiramos no sabemos si iremos para allá o para qué otro lado, simplemente estaremos como ellos.
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