jueves, 26 de septiembre de 2013

Ito y la cruzada del reencuentro en el PRSC

Los políticos dominicanos se reinventan.  Buscan cualquier  forma  para mantenerse  en portadas ó  en el centro de las noticias en los diferentes medios de comunicación y en la vida del pueblo sencillo y humilde.  Realizan múltiples actividades en las que dejan plasmado el clientelismo reinante en el sistema partidario con el que cada organización mantiene asegurada  su matrícula de simpatizantes y seguidores.
Sin embargo, hacer política procurando el reencuentro de los dirigentes idos, y no a destiempo, es una forma particular y diferente con el que el diputado por la Circunscripción 3, Ito Bisonó, ha emprendido una cruzada para atraer nuevamente al Gallo Colorao a aquellos que una vez marcharon y siguieron “a paso de vencedores”  al fenecido líder  Joaquín Balaguer.
La labor que realiza el legislador,  junto a los demás miembros de la Comisión de Reencuentro, siguiendo las directrices de la organización, es digna de imitar a lo interno en otros partidos políticos del patio. Reencontrarse con quienes vivieron la gloria y ostentaron el poder político a lo largo de los 22 años de gobiernos balagueristas y convencerlos a volver y reintegrarse a los trabajos de organización y reestructuración,  no es tarea fácil.
Buscar y convencer a gente en el seno mismo de sus moradas donde son visitados para que regresen a la organización política por la que simpatizaron y lucharon para que su líder encabezara sus distintos gobiernos, no es tarea fácil, repito,  es tremenda cruzada para los miembros de la referida Comisión y la organización en sí. 
Después de la firma de aquel Pacto Patriótico por medio del cual los ex presidentes Joaquín Balaguer y Juan Bosch le cerraron el paso al también fenecido José Francisco Peña Gómez, para dejar en manos  del doctor Leonel Fernández los destinos de la República Dominicana, ha sido un largo trajinar, ha sido largo el camino, aunque quiero negarme a plasmar aquí que la tarea encaminada será tiempo perdido.
Cuando en aquel primer gobierno de Fernández, 1996-2000, los reformistas  colocaron el mote de “come solos” a los peledeistas, fue el principio del fin del partido fundado por Balaguer. La división interna se veía venir.  Un alto número de dirigentes se acomodó en el aún débil Partido de la Liberación Dominicana de entonces, mientras otros allanaron su camino al lado de Hipólito Mejía y el Partido Revolucionario Dominicano de entonces, en el gobierno del 2000 al 2004.
Luego vinieron las elecciones y el triunfo del PLD en el 2004, Leonel Fernández quiso cambiar la manera como le habían tildado los reformistas y colocó en relevantes posiciones a dirigentes del Gallo Colorao.  Otros, siguieron  a la sombra de Mejía y se mantenían merodeando a ver dónde hacían más gracia.
Siguieron las elecciones y en las próximas del 2008 el PRSC obtuvo un pírrico porcentaje electoral que amenazó con la desintegración total de la organización política, amén de las expulsiones de altos dirigentes y colaboradores que habían tomado sus maletas y migrado a los otros partidos ya mayoritarios, alimentados, precisamente, con gente de la base que para entonces se encontraba huérfana y encontró hogar tanto en el PLD como en el PRD.
El tiempo ha pasado, y ha pesado. Los reformistas han perdido espacio, pese a que en el proceso electoral del pasado año, a duras penas, recobraron un poco más del 5% del favor del electorado para seguir sobreviviendo y ser reconocido como “mayoritario” y organización de masas que, en innumerables ocasiones, hizo rebosar de dirigentes y simpatizantes las extinguidas rotondas de las principales avenidas de la ciudad de Santo Domingo de los años 80 y principios de los 90 en las diferentes campañas electorales.
El porcentaje obtenido por el reformismo que preside el canciller y ex vicepresidente de la República, Carlos Morales Troncoso, en el proceso electoral del 2012, ha hecho despertar a los correligionarios de Balaguer, y ha sido bueno, aunque el sueño le durase  cerca de dos décadas, siempre es bueno despertar, por lo menos para saberse vivo.
Y es lo que está haciendo el diputado de Cristo Rey, La Agustina, El Caliche, La Agustinita y demás sectores que conforman la Circunscripción 3 del Distrito Nacional.  Es bueno despertar, aunque el retardo amerite de cruzadas de reencuentros como las que lleva a cabo Bisonó y los demás miembros de tal Comisión.
Las tasas de café y los vasos de agua y refrescos con los que son recibidos en cada rincón del  país,  serán siempre revitalizadores, y yo lo aplaudo.  Lo que estaría por verse, pero será agenda del  proceso electoral del 2016 cuya fecha de inicio es de dos años antes, o sea, al doblar la esquina, es que haya rendido los frutos esperados.
En tanto, estaré atenta a esperar los resultados de tan encomiables visitas que esta mortal prefiere llamar cruzadas que, repito,  son dignas de apreciar e imitar. Lo lamentable sería que nueva vez los reformistas endosen tamaño esfuerzo y vitalidad a un candidato o candidata que se presente al proceso fuera de sus entrañas.
Es de lo que tienen que cuidarse Bisonó, los integrantes de la Comisión de Reencuentro y los altos dirigentes del Partido Reformista, que esta oportunidad maravillosa que pretenden tener de ir solos en el proceso electoral que se avecina, con un PRD inexistente y un PLD con un candidato aún indefinido por las tantas aspiraciones presidenciales que ostenta la organización fundada por  el profesor Juan Bosch, se les escape de las manos.
El seno del Congreso Joaquín Balaguer a celebrarse el próximo mes de octubre debe dejar claro y preciso que los reformistas no están  “pelando chinas para que otro chupe”.
ilo C d n o ` ó claro a los de la ONU y por ende a los haitianos que la República Dominicana impondrá sus reglas de juego y que los tiempos de chantajes y de procurar amigos que les ayuden en sus aspiraciones de destruir la dominicanidad ha quedado en el pasado.
La sociedad dominicana ha visto con el pasar de los años como esta problemática se ha convertido en parte de su cotidianidad, la solución puede visualizarse, como las fallas del sistema eléctrico, solo debe haber un conglomerado de voluntades.  Esperemos. 

Los vecinos y la cotidianidad

Con el transcurrir del tiempo las sociedades en desarrollo y las más avanzadas se encuentran de pronto asaltadas por hechos que se vuelven cotidianos por la continuidad o repetitividad de los mismos que, sin proponérselo,  forman parte de una cultura adquirida.
Los casos están por doquier y son evidentes. Pero es específicamente el dominicano que quiero referir. A través de los años la sociedad dominicana se ha visto copada de hechos y situaciones, algunos de los cuales tomará tiempo y una gran inversión de voluntades para  escapar de los mismos, sin pensar siquiera en erradicarlos, sería utopía.
El problema eléctrico forma parte ya de la cotidianidad en la sociedad dominicana desde hace más de cuatro décadas. Gruñir como niños cuando se suspende el servicio y aplaudir cuando es devuelto, es costumbre en todos los ámbitos sociales, bajos, medios y altos.
Pero en la República Dominicana ocurren otros hechos que más que las fallas del sistema eléctrico, han envuelto a su sociedad en una maraña que si las autoridades competentes no procuran solución formulando y ejecutando políticas, los mismos entrarían en una etapa peligrosa que adelantaría el surgimiento de protagonistas inesperados  salidos, con todas las posibilidades, del pueblo mismo.
Tal es el problema de la inmigración ilegal de haitianos en nuestro territorio. El caso se ha agudizado en los últimos años, los haitianos quieren a toda costa entrar a la República Dominicana como chivos sin ley y, cuando las autoridades dominicanas tratan de imponer las reglas  procuran todo tipo de chantajes.
Si instituciones del Estado dominicano destapa y descubre sus madejas de falsedades con las que pretenden obtener  la nacionalidad dominicana, entonces acuden a sus amigos que buscan resolverles el problema de manera inequívoca.
Para muchos dominicanos existía solo la percepción de que los haitianos contaban con amigos en los países interesados en buscarle cobija a tanta miseria humana, y no precisamente por falta de alimentos, sino por falta de coraje para afrontar sus problemas internos y crear ellos las bases y condiciones en su nación para que millones de sus nacionales salgan de la pobreza en que tradicionalmente han convivido.
Sí, existía la percepción, solo unos cuantos dominicanos lo habían notado y lo habían expresado por diferentes vías, pero llegó el momento, el momento que siempre llega, llegó, y  los organismos internacionales que aúpan solucionar la tragedia haitiana en territorio dominicano, mostraron el refajo y dejaron expuestas sus aspiraciones nefastas para la sociedad dominicana.
Me refiero a la visita al presidente Danilo Medina que hicieran funcionarios representantes de las Naciones Unidas en el país que, entre otros temas tratados con el mandatario dominicano, figuró también el caso  haitiano en nuestro país.
Días después de esa histórica visita, el ex cónsul general de Haití en nuestro país, Edwin Paraison,  escribió un artículo basado en unas declaraciones del director de Migración, Ricardo Taveras, quien dijo apoyar una manifestación en repudio a la inmigración ilegal haitiana que se ha establecido en la comunidad de Bávaro, provincia La Altagracia, y que amenaza con sacar a los pocos dominicanos que residen allí, amén de que han copado todas las áreas de trabajo.
No puedo dejar pasar por alto la calificación dada por el señor Paraison a las palabras del director de Migración, las cuales denominó “Provocación”.
Dijo que tales declaraciones  son una provocación,  y menciona en el escrito las razones que él le confiere para justificar que el funcionario del gobierno dominicano no debió pronunciarse de tal modo.
A caso el ex cónsul haitiano puede hablar de provocación.  Se le olvida que los miles de ilegales haitianos que han usado nombres y cédulas falsas para adueñarse de una dominicanidad que no le corresponde es provocación.  ¿No es acaso provocación que al amparo de esa ilegalidad la Corte Interamericana quiera condenar a la República Dominicana el próximo  mes de octubre bajo alegatos de quebrantar los supuestos derechos que dicen les corresponden?
¿Es provocación haber sido desenmascarados y despojados de esos documentos alterados con los que pretendían confundirse como dominicanos?.
Ah!, este señor parece no tener claro el concepto de provocación. Y ¿Qué nombre les pondremos?, ¿Qué nombre les pondremos?.
Creo que al señor Paraison se le olvida que el director de Migración primero es dominicano y que le corre por la sangre la dominicanidad, cosa que los haitianos por más piruetas que hagan a nivel internacional nunca podrán considerarse como tales.
A  los representantes residentes de la ONU en su visita al Palacio Nacional a procurar una solución favorable del mandatario dominicano sobre hijos de haitianos ilegales en la República Dominicana, el presidente Medina les respondió con unas palabras que ningunos de los  allí presentes  esperaban: “Ese caso no es de mi jurisdicción”.
Sí, esa  fue la respuesta del mismo presidente que en una glamorosa visita a Haití se ofreció disponer  locales en la República Dominicana para documentar como haitianos a ilegales aquí, como las autoridades haitianas no hacen.  El mismo presidente Medina que acudió a Haití en una visita solidaria para dejar iniciado el sueño de una frontera rebosante de verde esperanza.  Si, el mismo presidente que el día después de esa visita que se caracterizó por el inicio de una era de hermandad entre dos pueblos que se dice son dos alas del mismo pájaro recibe la inexplicable noticia de que los productos avícolas dominicanos son impedidos de entrar a Haití. Sí, el mismo presidente Danilo Medina que desde que asumió la presidencia de la República Dominicana ha tendido de rosas y jazmines el camino de las relaciones dominico-haitianas y sólo ha recibido espinas de sus autoridades. Sí, el mismo presidente Danilo Medina les dejó claro a los de la ONU y por ende a los haitianos que la República Dominicana impondrá sus reglas de juego y que los tiempos de chantajes y de procurar amigos que les ayuden en sus aspiraciones de destruir la dominicanidad ha quedado en el pasado.

La sociedad dominicana ha visto con el pasar de los años como esta problemática se ha convertido en parte de su cotidianidad, la solución puede visualizarse, como las fallas del sistema eléctrico, solo debe haber un conglomerado de voluntades.  Esperemos. 

 
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