miércoles, 21 de octubre de 2009

A don Virgilio Hopelman en el Día Nacional del Poeta

Tenía alma de poeta, pensaba como poeta y actuaba como tal. Su voz, sin igual, lo denotaba, era suave, pausada y delicada. Su vida la dedicó a promover a los poetas dominicanos, a que las autoridades le dedicasen un día en el calendario anual del trajinar cotidiano en que cada gremio celebra por todo lo alto su día y lo exhibe como “una gran conquista”.

Don Virgilio luchó para instituir el Día del Poeta, y todos aquellos que se consideran serlo deben recordarlo con alegría, con agrado y por qué no, como poeta. Hoy todos los dominicanos celebramos el Día Nacional del Poeta y se lo debemos a don Virgilio.

Muchos lo celebrarán desconociendo quién luchó por este logro, pero que más da, don Virgilio, Usted hizo lo que tenía que hacer y mujeres y hombres como yo se lo agradecemos.

El amor por la Poesía nos llevó a conocernos, quizás, porque quizás el destino nos lo tenía reservado. Pero hoy, a más de una década de su partida, ha sido su espíritu de poeta quien me ha mostrado el otro lado de la vida, el otro lado de las cosas, el otro lado del mundo. Sus enseñanzas me han mostrado el arco iris esplendoroso que ojos sin alma de poeta no pueden ver ni percibir. Don Virgilio Hopelman me enseño simplemente que todo en el mundo es poesía, que en todo hay poesía, y que la vida en sí es pura poesía.

 
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