jueves, 26 de septiembre de 2013

Los vecinos y la cotidianidad

Con el transcurrir del tiempo las sociedades en desarrollo y las más avanzadas se encuentran de pronto asaltadas por hechos que se vuelven cotidianos por la continuidad o repetitividad de los mismos que, sin proponérselo,  forman parte de una cultura adquirida.
Los casos están por doquier y son evidentes. Pero es específicamente el dominicano que quiero referir. A través de los años la sociedad dominicana se ha visto copada de hechos y situaciones, algunos de los cuales tomará tiempo y una gran inversión de voluntades para  escapar de los mismos, sin pensar siquiera en erradicarlos, sería utopía.
El problema eléctrico forma parte ya de la cotidianidad en la sociedad dominicana desde hace más de cuatro décadas. Gruñir como niños cuando se suspende el servicio y aplaudir cuando es devuelto, es costumbre en todos los ámbitos sociales, bajos, medios y altos.
Pero en la República Dominicana ocurren otros hechos que más que las fallas del sistema eléctrico, han envuelto a su sociedad en una maraña que si las autoridades competentes no procuran solución formulando y ejecutando políticas, los mismos entrarían en una etapa peligrosa que adelantaría el surgimiento de protagonistas inesperados  salidos, con todas las posibilidades, del pueblo mismo.
Tal es el problema de la inmigración ilegal de haitianos en nuestro territorio. El caso se ha agudizado en los últimos años, los haitianos quieren a toda costa entrar a la República Dominicana como chivos sin ley y, cuando las autoridades dominicanas tratan de imponer las reglas  procuran todo tipo de chantajes.
Si instituciones del Estado dominicano destapa y descubre sus madejas de falsedades con las que pretenden obtener  la nacionalidad dominicana, entonces acuden a sus amigos que buscan resolverles el problema de manera inequívoca.
Para muchos dominicanos existía solo la percepción de que los haitianos contaban con amigos en los países interesados en buscarle cobija a tanta miseria humana, y no precisamente por falta de alimentos, sino por falta de coraje para afrontar sus problemas internos y crear ellos las bases y condiciones en su nación para que millones de sus nacionales salgan de la pobreza en que tradicionalmente han convivido.
Sí, existía la percepción, solo unos cuantos dominicanos lo habían notado y lo habían expresado por diferentes vías, pero llegó el momento, el momento que siempre llega, llegó, y  los organismos internacionales que aúpan solucionar la tragedia haitiana en territorio dominicano, mostraron el refajo y dejaron expuestas sus aspiraciones nefastas para la sociedad dominicana.
Me refiero a la visita al presidente Danilo Medina que hicieran funcionarios representantes de las Naciones Unidas en el país que, entre otros temas tratados con el mandatario dominicano, figuró también el caso  haitiano en nuestro país.
Días después de esa histórica visita, el ex cónsul general de Haití en nuestro país, Edwin Paraison,  escribió un artículo basado en unas declaraciones del director de Migración, Ricardo Taveras, quien dijo apoyar una manifestación en repudio a la inmigración ilegal haitiana que se ha establecido en la comunidad de Bávaro, provincia La Altagracia, y que amenaza con sacar a los pocos dominicanos que residen allí, amén de que han copado todas las áreas de trabajo.
No puedo dejar pasar por alto la calificación dada por el señor Paraison a las palabras del director de Migración, las cuales denominó “Provocación”.
Dijo que tales declaraciones  son una provocación,  y menciona en el escrito las razones que él le confiere para justificar que el funcionario del gobierno dominicano no debió pronunciarse de tal modo.
A caso el ex cónsul haitiano puede hablar de provocación.  Se le olvida que los miles de ilegales haitianos que han usado nombres y cédulas falsas para adueñarse de una dominicanidad que no le corresponde es provocación.  ¿No es acaso provocación que al amparo de esa ilegalidad la Corte Interamericana quiera condenar a la República Dominicana el próximo  mes de octubre bajo alegatos de quebrantar los supuestos derechos que dicen les corresponden?
¿Es provocación haber sido desenmascarados y despojados de esos documentos alterados con los que pretendían confundirse como dominicanos?.
Ah!, este señor parece no tener claro el concepto de provocación. Y ¿Qué nombre les pondremos?, ¿Qué nombre les pondremos?.
Creo que al señor Paraison se le olvida que el director de Migración primero es dominicano y que le corre por la sangre la dominicanidad, cosa que los haitianos por más piruetas que hagan a nivel internacional nunca podrán considerarse como tales.
A  los representantes residentes de la ONU en su visita al Palacio Nacional a procurar una solución favorable del mandatario dominicano sobre hijos de haitianos ilegales en la República Dominicana, el presidente Medina les respondió con unas palabras que ningunos de los  allí presentes  esperaban: “Ese caso no es de mi jurisdicción”.
Sí, esa  fue la respuesta del mismo presidente que en una glamorosa visita a Haití se ofreció disponer  locales en la República Dominicana para documentar como haitianos a ilegales aquí, como las autoridades haitianas no hacen.  El mismo presidente Medina que acudió a Haití en una visita solidaria para dejar iniciado el sueño de una frontera rebosante de verde esperanza.  Si, el mismo presidente que el día después de esa visita que se caracterizó por el inicio de una era de hermandad entre dos pueblos que se dice son dos alas del mismo pájaro recibe la inexplicable noticia de que los productos avícolas dominicanos son impedidos de entrar a Haití. Sí, el mismo presidente Danilo Medina que desde que asumió la presidencia de la República Dominicana ha tendido de rosas y jazmines el camino de las relaciones dominico-haitianas y sólo ha recibido espinas de sus autoridades. Sí, el mismo presidente Danilo Medina les dejó claro a los de la ONU y por ende a los haitianos que la República Dominicana impondrá sus reglas de juego y que los tiempos de chantajes y de procurar amigos que les ayuden en sus aspiraciones de destruir la dominicanidad ha quedado en el pasado.

La sociedad dominicana ha visto con el pasar de los años como esta problemática se ha convertido en parte de su cotidianidad, la solución puede visualizarse, como las fallas del sistema eléctrico, solo debe haber un conglomerado de voluntades.  Esperemos. 

0 comentarios:

 
Mi Visión © 2007 *Feito por Templates para Você*