Ha muerto mi tía Dominga

Solo quiero decirles a mis amigos lectores que mi tía querida Dominga ha muerto. Ella era mi tía materna y yo la quería mucho. Aún me queda otra tía materna y también la quiero, pero mi tía Dominga siempre me tomó en cuenta. Aún recuerdo que al cumplir mis seis años me regaló un jueguito de tasitas de porcelana, y en mi fiestecita era el obsequio que mostraba a todo el mundo, incluso varios años después lo conservé hasta que desaparecieron sin dejar rastro, creo que el cambio de viviendas tras la separación de mis padres fue momento para la perdida de tan importante recuerdo.

Así fue mi segunda madre cuando mostró interés en ayudarme con la crianza de mi hijo mayor en días que tenía tantas complicaciones con dos empleos fijos además de los compromisos profesionales en los primeros años de vida de Robertico.

Mi tía Dominga murió al finalizar el día 21 de este mes y con él la celebración de La Altagracia. Ella fue una fiel devota de nuestra madre protectora, y cada año, para la efeméride, la familia tenía un lugar de encuentro que era su casa donde los cantos y alabanzas a la madre de nuestro señor Jesucristo nos acompañaban todo el día con golosinas,gaseosas y comida.

Ella fue mujer elegante y bella. Sus pasos entonados. Su color de piel nos remontaba a Anacaona,reina de los aborígenes dominicanos, y así, así la recuerdo y es de esta forma que permanecerá en mis sentimientos.

Murió mi tía Dominga un mes después de sufrir dos ataques cerebrovascular que la mantuieron en cuidados intensivos en un hospital de Puerto Rico.

Adiós, y que el señor te reciba con la misma luz en que iuminabas a todo aquel que te conoció y a todo aquel que estrechó tus manos.

Paz a tus restos