Urge reeditar simbólicamente las gestas independentistas

Cuando Juan Pablo Duarte emprendió el proyecto de nación para que todos los nacidos en la parte española de la isla estuviesen protegidos bajo una patria y un territorio libre, quiso además dejarnos como legado sus ideales independentistas, de liberación, de separación, para que los llamados dominicanos revisemos, consultemos y reeditemos cuantas veces la República Dominicana se encuentre en peligro de perder su identidad.
Los restauradores de la República que lucharon frente a poderosas fuerzas españolas que amparados en un ideal anexionista a España que solo funcionó en las neuronas de Pedro Santana, entendieron muy bien el mensaje y reeditaron el legado duartiano en 1863.
Hoy, 144 años después de esta gesta, los dominicanos, ó mejor dicho, los buenos dominicanos, necesitamos con urgencia reeditar, de manera simbólica, la noche gloriosa del 27 de Febrero de 1844 y las innumerables batallas que condujeron a afianzar la República en la gesta de la Restauración.
De los primeros dominicanos liberados han surgido generaciones y generaciones que se han levantado en armas cuando la patria así lo ha requerido y han sido ejemplos para las actuales y las venideras.
Sobre las amenazas al legado liberador de la República Dominicana los informes nos llegan desde diferentes lugares, y citamos a Francia a través de las acciones de los sacerdotes Christopher Hartley y Pierre Ruquoy en la realización y presentación del documental “El Precio del Azúcar”, durante el evento Esclavos en el Paraíso; más recientemente desde la ciudad de Nueva York, específicamente desde la línea No.1 del tren de la gran urbe.
Esta vez, y al parecer, por los pocos datos revelados, los incitadores no tienen cara ni nombre pero la afrenta ha sido la misma, ó talvez peor, los enemigos de la Patria dominicana han insultado la figura del patricio, del inmenso, del más grande de todos los dominicanos, el insigne, Juan Pablo Duarte.

En los últimos meses ha sido notable la ausencia en los medios de comunicación de Solaine Pierre, luego de conocerse que posee ilegalmente la nacionalidad dominicana.
Al recibir la información sobre tal afrenta a nuestro Duarte me invadió un sentimiento de impotencia, de rabia, de pique -en buen dominicano-, y de inmediato pensé ir por mi propia cuenta a investigar, vigilar y estar atenta ante quien ó quienes han sido capaz de hacer tan borrasca desfachatez.
Tras respirar por varios minutos, me calmé y pensé que no, que no valía la pena, porque la historia de las gestas patrióticas siempre hemos salido victorioso, los ejemplos están ahí y no sobran sino que faltan.
Ante las constantes críticas de supuestos maltratos a ilegales vecinos, ante denuncias internacionales mostradas en un documental mamotreto y ante las reiteradas declaraciones de Solaine Pierre sobre lo mismo, nos urge reeditar de manera simbólica las gestas patrióticas que le han dado bandera, himno, escudo y sobre todo hombres y mujeres de coraje a esta parte de la isla.