viernes, 20 de abril de 2007

El PLD y nostalgias del ayer

En días de lluvias me asoman recuerdos y nostalgias del pasado. Recuerdos de añoranzas de cosas que ví y de otras que oí. Recuerdos me asoman y en ciertas ocasiones se asemejan a la realidad actual, ya sea en asuntos económicos, sociales, políticos, éticos y románticos, tanto del país como asuntos personales.
En ésta ocasión, es propicio el momento para exponer públicamente recuerdos de actividades políticas que observé de los primeros años de fundación del Partido de la Liberación Dominicana.
Los sábados por las tardes, en la época cuando despedía la niñez y conocía la adolescencia, recuerdo ver a un joven peledeista que pasaba vendiendo, creo que a 10 centavos, el semanario Vanguardia del Pueblo. Era un joven delgado, desdeñado e insistente en lo que ofrecía. Cada vez que ese joven seguía su camino con su trajinar de sueños, mi madre decía: “tú ves ese, ese sale malo, porque yo conozco gente así, que cuando llegan a tener algo salen muy malos”.
No entendía ni comprendía mucho lo que mi madre quería decir, hoy recuerdo que cada vez que pasaba por el frente de mi casa hasta llegar donde la vecina, quien era la que compraba el semanario, oía la frase reiterativa.
Cuando el Presidente Leonel Fernández gobernó por primera vez desde 1996 al 2000, comentaba con mi mamá, y aún conversamos sobre el tema, cómo a los reformistas de la base se les ocurrió colocar el mote de “come solo” a los peledeistas, mejor dicho a los que ellos consideraban malos peledeistas, ya que debo reconocer que no todos son iguales, ni parecidos, ni mucho menos. Cada vez que tocamos el tema mi mamá me recuerda lo que vaticinó. Hoy no sé qué daría por recordar el rostro del joven aquel, solo conservo en mis recuerdos su silueta y su caminar.
Al observar los aprestos reeleccionistas del presidente y líder del PLD, doctor Leonel Fernández Reyna, y la posición de su otrora estratega de pasadas campañas políticas, entra en escena nuevamente lo pronosticado por mi madre.
Los pronunciamientos de los últimos días y los aprestos para ganar la candidatura presidencial del partido oficial han subido de tono y pronostican días difíciles en esa organización política, lo que desde todos los puntos de vista lamento.
Digo lamentar, porque era una esperanza que habíamos acuñado los dominicanos en tener una organización política diferente a las tradicionales, ó mejor dicho, a partidos grandes en simpatías y membresías.
La disciplina, organización y respecto hacia el líder había sido la bandera enarbolada en el PLD desde su fundación y hasta hace pocos meses.
Los símbolos a mantener y sostener en esa organización política se han caído, es lamentable, aunque siempre creo en las recuperaciones.

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