Nada que se haga a la
carrera puede quedar bien. Los casos abundan y enseñan que las cosas hechas de
prisa fracasan, no encajan, no perduran en el tiempo y, terminan mal. Con los años y los tropezones se aprende que
para echar andar determinado proyecto primero se debe hacer una planificación,
corrección, cálculos de los pro y contra y, demás está analizar minuciosamente
para que quede bien, para que el resultado sea el esperado y luego exhibirlo como un gran logro.
Sin temor a
equivocarme, con el devenir de la puesta en ejecución del Plan Nacional de
Regularización de Extranjeros, como manda la Sentencia 168/13 del
Constitucional, y tras el Decreto emitido por el Presidente Danilo Medina, se
observa al director de Migración, Ricardo Taveras, entregar cientos de carnets
a extranjeros en la República Dominicana de manera tan de prisa que podría, en
un breve plazo, desviar la esencia del mismo.
Ha de suponerse que
previamente esas personas, en el caso de los trabajadores temporeros, deberían
estar plenamente documentadas con nombres propios y datos legítimos otorgados o
recibidos en sus respectivas naciones, antes de recibir un carnets que los
acredite como extranjeros para que puedan desempeñarse en determinados oficios
u ocupaciones en el país, sea estudiantes, cocineros, braceros, domésticos o lo
que fuere.
He visto con extrañeza
que el director de Migración, conocedor por demás de la problemática de los
nacionales haitianos, que en más de un 90 por ciento carecen de documentos de
identidad, quejarse de que este inconveniente impide dotar de carnets para ser
contratados como trabajadores temporeros a más de 20 mil personas del vecino
país que viven ilegalmente en la República Dominicana y que así lo han
solicitado.
Justo, en un acto
celebrado en Mao, Valverde, en que la dirección de Migración entregó 80 carnés
a trabajadores haitianos dentro del proceso de regularización de trabajadores
temporeros, Taveras asegura que hay en una lista de espera unas 20 mil personas
que no han podido ser carnetizadas por carecer de documentaciones cuya obtención se les
dificulta en su país, ya que en su mayoría no cuentan con recursos para
procurarlos.
Desde tiempos remotos
se habla de que los haitianos cruzan la frontera y llegan a la República
Dominicana por diferentes vías y sin ningún tipo de identificación. Esta
problemática ha sido ampliamente conocida y debatida por abogados,
especialistas constitucionales, expertos en migración, miembros de la Junta
Central Electoral y personas conocedoras de esta gran falla de las autoridades
que ha tenido Haití desde siempre.
El director de
Migración no debe acusar ahora ignorancia para informar sobre esta realidad que
es harta conocida por todos, tanto aquí como allá. Estas 20 mil personas no podrán ser
carnetizadas por carecer de identificación personal y las autoridades
dominicanas tienen en este, como en otros casos, que replantear los propósitos
firmes del Plan. A la larga este inconveniente podría desvirtuar la esencia y
resultados esperados que se ha propuesto lograr el gobierno, primero se deberá
procurar que estas personas decidan nombres y apellidos propios en su país, y
luego evaluar correcta y minuciosamente cada uno de los casos.
No queda bien que, por
el afán de mostrar a ONG´s, organismos internacionales e islas de la región que
critican hoy a la República Dominicana, de que aquí se cumple y se respetan
supuestos derechos humanos, sus autoridades muestren preocupación, de la noche
a la mañana, de que existe tal impedimento para dotar a esas personas de
carnets como trabajadores temporeros.
Por lo tanto, dotar a
miles de ilegales haitianos y de cualquier otra nacionalidad de un carnets solo
porque hay que hacerlo ya, como si el tiempo se acaba, como si después sería
tarde, representa un claro peligro para la nación dominicana en el devenir.
Fíjense bien y tengan
cuidado, no se puede ir por ahí dotando de carnets de trabajadores temporeros a
tanta gente que quizás no es ese su interés para residir en la República
Dominicana. Igualmente ocurre con la entrega de prisa de carnets de
acreditación a estudiantes extranjeros de diferentes universidades.
Este proceso del Plan
Nacional de Regularización es muy delicado para la República Dominicana y por lo
tanto merece que el mismo sea bien ejecutado, planificado y elaborado, sobre
todo, en esta parte de la carnetización de extranjeros en territorio
dominicano, pero no como se lleva a cabo, de manera tan deprisa que podría ser
vulnerado igualmente de prisa sin que las autoridades lo noten, pero sí gente
del pueblo que en muchos casos no tiene voz, pero podría estar tomando apuntes.
Esos 20 mil haitianos
imposibilitados de portar un carnet como trabajadores temporeros, debe ser un
tema de los tantos que quedarán encima de la mesa al concluir este 2013 para
las autoridades dominicanas, y uno más de los tantos que se les deberá procurar
solución en el venidero 2014. No puede ser a la carrera, porque primero se
deberá agotar un proceso de buscarles sus nombres y apellidos en su país natal;
aquí nadie debe ni puede proporcionárselos.
Conviene a todos que
las cosas salgan bien, por lo que no debe ser a la carrera, no de prisa, no
así.
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