El Cuerpo de Cristo transformado en un pedaciito de pan ofrece la salvación

El sentir el Cuerpo de Cristo en el paladar y en los demás sentidos, y vivir esta experiencia de vida que conlleva a la salvación, es sencillamente inigualable, no hay en la tierra ni entre los hombres ningún otro hecho que mehaya llenado de tanta satisfación.

El Cuerpo de Cristo, en un pedacito de pan, me ha dado el gozo de vivir a plenitud, me ha hecho sentir llena de Su Espíritu, me ha liberado de prejuicios terrenales y desde entonces, desde aquel día que por primera vez tuve este maravilloso privilegio, he sentido Su presencia en mí en cada paso que doy, en cada mañana al levantarme, en el aire que respiro, cuando hablo, cuando miro y cuando río, en cada decisión que tomo y en todo lo que soy, porque sé que Cristo vive en mí.

Así es señores, hoy celebro este Jueves Corpus, no porque la Iglesia Católica haya designado este día para celebrar el Cuerpo de Cristo, no, es porque simple y llanamente, el Cuerpo de Cristo ofrece vida a quien lo recibe, pero no es la vida de saberse vivo, sino la vida de vivir Su vida, Su amor por los demás, Su pureza, Su entrega, Su misericordia, Su sacrificio por nosotros, para nuestra salvación.

Recibir el Cuerpo de Cristo ofrece sabiduría que solo viene de él, pero no la sabiduría para maquinar y planificar hechos favorables hacia nuestros intereses, no, me refiero a la sabiduría de saberse hijo, hermano, amigo ó simplemente conocedor de Su palabra y de Su misión liberadora para todos los que crean en él.

Si nos sentimos así en cualquier momento de nuestras vidas entonces debemos agradecer que se ha fijado en nosotros, que somos importantes para él, que él nos ha tocado y que debemos seguirle sin mirar atrás, que debemos ser discípulos de él, que debemos estar con él y cada día tratar de ser igual a él.

Hoy celebro este Jueves Corpus ó el Cuerpo de Cristo porque sencillamente, sabiendome hija, hermana y amiga de él, puedo solidarizarme con mis hermanos, con mis amigos; puedo orar por ellos cada día, puedo sentir amor hacia mi próximo y hacia los seres humanos que son mis familiares, porque todos hemos sido creados a Su imagen y semejanza.