Su Majestad Sofía Margarita Victoria Federica, Reina de España desde 1975, vino a la República Dominicana, no en visita oficial, ni en parada técnica para visitar otros países, vino a supervisar la inversión de la Cooperación Española y aprovechó para mezclarse con la pobreza.
Su sencillez y humildad le han merecido el cariño y aprecio de los domincanos. Doña Sofía, sin embargo, esta vez no quiso pasar de largo sin conocer de cerca la realidad por la que atraviesan miles y miles ciudadanos de esta media isla.
Visitar las casuchas de dominicanos olvidados, así como cargar y besar a niños que solo cuentan con el amor de sus padres, ya que los alimentos básicos le faltan al igual que una adecuada morada para albergarse. Ella sonriente, animada y esbelta no le importó que obstenta títulos aristocráticos desde mucho antes de nacer, sino que sobresalió más su amor hacia el prójimo, su entrega a las causas sociales para llevar esperanza a aquellos que han sido olvidados por sus gobernantes, por quienes están llamados a cambiar el panorama de incertidumbre por el que cada día atraviesan.
En tanto, la princesa de Grecia y Dinamarca, nacida en Atenas, Grecia, el 2 de noviembre de 1938, es la reina consorte de España desde 1975, al ser la esposa del rey Juan Carlos. Es la hija primogénita del rey Pablo I de Grecia y la reina Federica de Hanóver, que eran príncipes cuando ella nació. Desde su nacimiento hasta su matrimonio ostentó el título de Su Alteza Real la Princesa Sofía de Grecia y Dinamarca, y sin embargo, aquí está mezclada con los desarropados dominicanos. Que Dios la bendiga siempre Doña Sofía, gracias por este ejemplo de humildad y humanidad para tantos polítiquitos dominicanos que solo usan a esta gente para tiempos de campañas políticas.
domingo, 8 de febrero de 2009
Su Majestad abrazó a los desposeidos
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