El proyecto de reforma a la Constitución de la República ya fue entregado a los legisladores quienes de ahora en adelante discutirán todas las sugerencias habidas y por haber para redactar de allí el documento final que deberá regirnos en el futuro. El presidente Leonel Fernández depositó su propuesta para modificar 254 artículos de nuestra Carta Magna a los congresistas en manos del presidente del Senado, Reynaldo Pared Pérez.
Los partidos políticos representados en el Congreso Nacional han hablado, han dicho de todo respecto al documento. Unos que no lo festinarán, otros que está hecho a la medida del mandatario en especial en el artículo 49; que tal o cual artículo deberá ser “minuciosamente analizado”. En fin, en hora buena llega el proyecto al congreso.
Durante unos días, meses, quizás, los legisladores tendrán oficios, mejor dicho, mucho más oficios, no quiero decir aquí que tan ilustres dominicanos no trabajan, pero ahora deberán justificar los cuantiosos recursos que les cuestan al Estado dominicano entre sueldos y dietas.
Es por demás oportuno para los legisladores que desconocían a fondo artículo por artículo nuestra Constitución, ya que tendrán ahora que despedazarlos y saborearlos y a la vez nutrirse de ellos. ¡Esperado momento, no!.
Sería interesante que las discusiones se realicen a puertas abiertas para que dominicanos comunes como yo nos deleitemos y nos alimentemos con las exposiciones de nuestros insignes legisladores sobre este proceso de transformación de nuestra Constitución.
Los legisladores, opinión pública, juristas, intelectuales y el pueblo dominicano es momento de demostrarnos a nosotros mismos y a la comunidad internacional que nuestra Carta Sustantiva no será más un “pedazo de papel” como la nombrase el fenecido presidente de la República y líder del Partido Reformista: Joaquín Balaguer.
Los partidos políticos representados en el Congreso Nacional han hablado, han dicho de todo respecto al documento. Unos que no lo festinarán, otros que está hecho a la medida del mandatario en especial en el artículo 49; que tal o cual artículo deberá ser “minuciosamente analizado”. En fin, en hora buena llega el proyecto al congreso.
Durante unos días, meses, quizás, los legisladores tendrán oficios, mejor dicho, mucho más oficios, no quiero decir aquí que tan ilustres dominicanos no trabajan, pero ahora deberán justificar los cuantiosos recursos que les cuestan al Estado dominicano entre sueldos y dietas.
Es por demás oportuno para los legisladores que desconocían a fondo artículo por artículo nuestra Constitución, ya que tendrán ahora que despedazarlos y saborearlos y a la vez nutrirse de ellos. ¡Esperado momento, no!.
Sería interesante que las discusiones se realicen a puertas abiertas para que dominicanos comunes como yo nos deleitemos y nos alimentemos con las exposiciones de nuestros insignes legisladores sobre este proceso de transformación de nuestra Constitución.
Los legisladores, opinión pública, juristas, intelectuales y el pueblo dominicano es momento de demostrarnos a nosotros mismos y a la comunidad internacional que nuestra Carta Sustantiva no será más un “pedazo de papel” como la nombrase el fenecido presidente de la República y líder del Partido Reformista: Joaquín Balaguer.